El árbol estaba cayendo encima de la Defensa del Instituto Alpino.
- Joaquine, no- Expresó en voz alta el delantero estrella del equipo con lágrimas en los ojos.
- ¡Llama embrujada! - Gritó Downtown instintivamente cuando el balón se encontraba delante de sus piernas, chutando el balón que en su trayectoria se podía percibir unas llamas moradas que envolvían esta, al contacto con el árbol lo incineró por completo.
- ¿Qué acaba de pasar? - Preguntó intrigado Aiden que veía incrédulo como el árbol se había convertido en cenizas.
- No lo sé, en cuanto sentí la pelota delante de mis piernas, percibí algo dentro de mí que quería luchar por vivir y salió por si sola- Explicó Downtown mientras miraba el balón extrañada.
- Bueno, lo importante es que estas bien- Manifestó el Pelirosa abrazando a Joaquine aliviado mientras la chica no correspondió ya que le impacto bastante que alguien como Aiden reaccionara así - Ya que ha surgido esa supertécnica deberías practicarla, podría sernos útil en el torneo - Continuó el Pelirosa cuando ya había finalizado el abrazo poniendo una mano encima de su cabeza.
-Tienes razón, entrenemos- Dijo la Rubia asintiendo con la cabeza.
En el campo de Futbol del instituto Alpino, un exhausto portero estaba tumbado sobre la tierra congelada tras finalizar el entrenamiento mirando las estrellas. A pesar de lo que podría dar a entender su personalidad, el amaba observar el cielo nocturno junto al silencio que solo era interrumpido por el viento gélido y el sonido de los grillos.
- Imaginaba que estarías aquí, esto te vendrá bien después de un duro entrenamiento- Mencionó Takayama con sus clásicas toses y estornudos, mientras se acercaba con una botella de agua hacia el guardameta.
- Gracias, entrenador- Agradeció Adam mientras se acomodaba para hablar con el mayor, agarró la botella de agua y después bebió un poco de su contenido al terminar la frase.
- Hoy es luna llena...- Dijo pensativo el entrenador que se quedó mirando fijamente el satélite.
- Señor- Llamó al mayor y este giro la cabeza lentamente para verle - ¿Por qué me enseño esa supertécnica? - Preguntó curioso el guardameta.
- Además de porque creía que ya iba siendo hora, en mi época también pase por lo mismo que tu- Explicó el entrenador.
- ¿Por lo mismo que yo? - Repitió el portero del instituto Alpino.
-Aquel día estaba mirando a lo lejos, el día que a ti y a tus hermanos os ataco el oso- Mencionó el Anciano mientras Adam lo miraba sorprendido.
-¿Estaba allí? - Cuestionó impactado Ropes - Si, viví algo parecido en mi juventud y me hice guardameta por el mismo motivo que tú, ante el fracaso de proteger a los demás querías sentirte útil, de ahí que te haya dolido tanto el comentario de Aiden. ¿Verdad? - Respondió el entrenador.
- No solo es eso...- Dijo pensativo el Portero abrazando las piernas mirando fijamente al gélido suelo- Sospecho que Aiden es el que nos salvo ese día, solo él podría haber matado a un oso son necesidad de armas- Continuó Adam pensando que el mismo que le salvo la vida es el mismo que opino con esa rudeza, haciendo que sus ganas de callarle la boca ascendieran.
- Si...eso es realmente duro, pero confió en que con esta nueva técnica le sorprenderás- Animó al guardameta mientras se dirigía a la salida del estadio.
- Gracias, Entrenador- Agradeció con una sonrisa ligera Ropes mientras veía como se alejaba Takayama.
En un terreno elevado cerca del campo de Futbol del instituto Alpino, tanto Downtown como Aiden estaban entrenando sus supertécnicas ya bastante agotados debido a la cantidad de horas que se habían pasado entrenando.
- Joaquine, esta anocheciendo...- Mencionó el Delantero mientras miraba la luna- Creo que ya va siendo hora de dejar el entrenamiento- Continúo mirando a la Defensa.
- Buena idea. Dijo respirando fuerte a causa del cansancio.
- Quiero pedirte una cosa- Explicó el Pelirosa mientras miraba fijamente a la chica y la sostenía por sus hombros.
- ¿Una cosa? -Repitió la Rubia emocionada - Si, Shawn ha sido recientemente nombrado Capitán y creo que debería comprarle un detalle para mostrarle mi apoyo- Respondió el Delantero mientras esta se deshacía del agarre y se alejaba un poco.
- Oh sí, claro un detalle. - Susurro decaída la Rubia - ¿Paso algo? - Pregunto curioso el Delantero ante el cambio de animo de su compañera de equipo.
- No, nada, nada solo pensaba en que podría gustarle a Shawn- Mintió muy nerviosa la Rubia.
- Sabia que era una buena idea decírtelo- Comentó animado el Pelirosa - Son las ocho de la tarde, tenemos bastante tiempo aun para encontrar un regalo- Siguió mientras miraba el reloj, agarro de la mano a su compañera y se dirigieron hacia la ciudad en busca del regalo perfecto.
Las calles de Hokkaido estaban llenas de estructuras Rusticas realizadas con la madera de los bosque cercanos a la ciudad, ambos jugadores decidieron buscar en la vía comercial donde había numerosas tiendas en las que poder buscar.
- ¿Qué te parece una pulsera? - Sugirió Joaquine mientras miraba el escaparate de una tienda de joyería- No creo que le vaya a gustar. Además, es demasiado caro- Respondió mientras seguía caminando.
- Y... ¿Un abrigo? - Sugirió de nuevo mirando otro escaparate- Lo mismo- Respondió Aiden.
- Y... ¿Un- Downtown fue interrumpida por el Pelirosa que le tapó la boca y la arrastro a un pequeño callejón?
- ¿Qué se supone que haces? - Cuestionó sonrojada cuando pudo hablar.
- Shhh...acabo de ver a Shawn y Kerry- Mandó el Delantero mientras observaba la intersección entre la vía principal y aquel callejón. Minutos más tarde se podía apreciar que pasaban tanto Bootgaiter como el mayor de los Frost por la calle comercial.
Cuando ambos ya estaban a una distancia prudencial, salieron del escondrijo en busca del regalo.
- Creo que ya he visto lo que le voy a comprar a mi hermano- Comentó pegado al cristal de la tienda el menor de los Frost.
- ¿El que? - Preguntó curiosa Downtown mirando todo lo que había en ese escaparate.
- Una bufanda, jamás le he visto con ninguna y en climas fríos como el nuestro viene bien- Declaró el delantero - Si no esta mal...los mejores colores serian blanco o negro porque pueden combinar con todo- Opinó la Rubia.
- Muy buena idea- Respondió Aiden y se metió en el interior de la tienda.
Cuando salió el delantero de la tienda, ambos se dirigieron hacia su casa para que no se les hiciera muy tarde, la casa de Downtown estaba muchísimo mas cerca por eso, tuvieron que despedirse temprano y el menor de los Frost recorrer una buena distancia solo, llego a su casa y vio que todas las luces estaban encendidas por lo que se percato de que no le caería una regañina por llegar tarde a casa.
Abrió la puerta y el mayor de los Frost estaba sentado en el sofá, cubierto con una manta mirando fijamente la chimenea.
- Shawn, tengo algo para ti- Anunció Aiden mientras se acercaba con una pequeña bolsa.
- Pero si no es mi cumpleaños- Comentó el Peliblanco mientras, el Delantero dejaba una bolsa encima suya.
- No es tu cumpleaños, pero has sido nombrado como Capitán y tenía la obligación de hacerte un regalo-Explicó el Pelirosa mientras Shawn sacaba de la bolsa el paquete.
- No debías haberte molestado- Expresó el Defensa mirando el regalo.
- Vamos, ábrelo- Ordenó el menor de los Frost incitando al mas tímido a abrir el regalo.
- ¿Una bufanda? Vaya, nunca he llevado una, pero por ser un regalo de mi Hermanito la llevare por siempre- Opinó el mayor de los Frost.
- No hacia falta que dijeras tantas cursilerías- Comentó el Pelirosa a pesar de que internamente sonrió al ver que le había gustado el regalo.
- Vaya, esa bufanda es muy bonita- Dijo la señora Frost que entraba en el salón junto al Señor Frost.
- ¿Verdad que si mama? Me la regalo mi hermano- Mencionó el Peliblanco, mirando la bufanda.
Esta fue la excusa perfecta para tener una velada perfecta familiar, llena de charlas familiares, juegos de mesa en familia y sobretodo diversión en aquella noche helada.
